miércoles, 14 de diciembre de 2016

Yacimiento arqueológico de la Villa Romana de Andelos

En los siglos I y II d.C, la ciudad romana de Andelos vive su máximo esplendor, alcanzando su condición de ciudadanos en el 74 d.C, así como un importante desarrollo humano.

En este lugar hubo un asentamiento humano anterior con elementos culturales de la Edad de Hierro, siglos IV y III a.C; donde se asimiló de forma pacífica y progresiva la cultura romana. Una de los ejemplos de la paulatina romanización de los andelonenses es la religión, adoptan el ara romana como elemento de culto y en un primer momento están dedicadas a divinidades indígenas para unos años más tardes consagrarlas a dioses romanos, como Apolo.

El hallazgo en los alrededores de Andelos de varios miliarios: hitos que jalonaban las calzadas, indicando la distancia entre una ciudad y otra; nos indica que se ubicaba en un importante cruce de caminos entre Jaca, Logroño y Pamplona, entre otras ciudades.

La ciudad pudo tener cerca de 2.500 habitantes, distribuido en diferentes barrios, calles y casa.



CALLE PORTICADA

-Cardo

Calle de dirección norte-sur, tiene una anchura de 7'75 metros y uno de sus laterales se encontraba porticado. Durante las excavaciones arqueológicas se localizaron 8 de los apoyos sobre los que se asentaban los pilares de piedra o los pies derechos de madera que soportarían el peso del forjado de los altillos. Este tipo de construcciones se ajustaban a las necesidades de los barrios artesanales, ya que los espacios generados sobre la zona porticada podían ser anexos o continuaciones de las tiendas o también ser alquiladas como viviendas humildes de dimensiones muy reducidas.





ACUEDUCTO 

-Abastecimiento de agua

Dirección al Decumanus (anchura de 6 metros que permitió combinar el suministro de agua con el paso de peatones y vehículos, quedando libre 4 metros para la utilización de la vía pública), se localiza una bifurcación del acueducto, cuya finalidad era abastecer de agua a la parte baja de la ciudad. Se hallaron 9 apoyos formados por grandes sillares, con la parte superior en forma de punta de diamante. Estaban preparados para sostener las primeras dovelas (salmer) de dos arcadas. Estos apoyos sustentarían un tramo de 8 arcadas, sobre las que estaría construido el canal por el que circulaba el agua, que iba a su vez protegido dentro de una canalización de muros de mampostería. 

Se construyó en el siglo II d.C y las bases de los arcos se incrustan directamente en el pavimento, datado en el siglo I d.C.



LAVANDERÍA

-Fullonica

El barrio artesanal se sitúa en la intersección de dos calles, un cardo porticado y un decumanus. Albergó diversos almacenes, una lavandería y posiblemente una tintorería. En una de las estancias de la lavandería se conserva la pileta, con dos cubetas gemelas con revestimiento de argamasa hidráulica (mortero hecho de cal, arena y agua), para garantizar la impermeabilización de los muros.

El abastecimiento de agua se realizaba mediante una canalización que pudo estar conectada al acueducto. Para el vaciado de los depósitos contaban con sumideros de piedra y desagües que vertían las aguas residuales en el decumanus. La labor de los bataneros o fullones consistía en desengrasar las piezas de lana y en limpiar los tejidos y la ropa.


DESPOBLADO MEDIEVAL

-S.XIV

En la Edad Media el lugar que había ocupado la ciudad romana volvió a poblarse. El nombre apenas sufrió modificaciones y Andelos pasó a llamarse Andión. 

Las primeras referencias documentales datan de finales del siglo XI y aluden a la iglesia, que en esas fechas pertenecía al obispado y a los canónigos de Pamplona.

El núcleo urbano alcanzó su máximo desarrollo con la expansión demográfica del siglo XIII. Un siglo después se produjo un fuerte retroceso de la población que desembocó en su transformación definitiva en despoblado. Las causas del abandono podrán relacionarse con la peste de 1348 y con la escasez de recursos económicos.

El poblado medieval se extendía al norte y sur de una de las vías principales de la ciudad romana, el decumanus maximus, abarcando una extensión de entre 4 y 5 hectáreas




CASTELLUM AGUAE

-Organiza y divide el caudal 

Construcción donde finalizaba el sistema de traída de agua y se iniciaba la red de distribución por la ciudad. Desempeñaba la función de depósito en el que se organizaba y dividía el caudal. 

Se establecía distintas categorías en el reparto del agua: la destinada al uso público en las fuentes, la utilizada en las termas y, con menos frecuencia, la reservada para el uso de particulares, que exigía uno previo permiso. 

Los suelos y las paredes era impermeabilizados con argamasa hidráulica para evitar filtraciones.



LA CASA MEDIEVAL

-Construcciones austeras

La austeridad es el rasgo que mejor define este tipo de construcciones, de planta principalmente rectangular, de una o dos alturas, y sencillas cubiertas a una o dos aguas. Las estancias se articulan alrededor de una pequeño patio central , con una dependencia al fondo de la vivienda contra el terreno destinada la despensa-bodega y cocina con horno al sur. Los suelos, en lugar de recurrir a los pavimentos de tierra batida, se reutilizó un enlosado de época romana.




LA PUERTA ORIENTAL
-Entrada Este de la ciudad
Las ciudades solían estar delimitadas por una muralla perimetral que contaba con torres con función defensiva y puertas situadas en el extremo de las vías principales. Esta puerta tenía una anchura de 4 metros, comunicaba con una de las calles principales (decumanus maximus) y tenía portones de madera que permitían cerrar el acceso. En el exterior de estas construcciones era habitual la existencia de fosos para dificultar las maniobras de aproximación, en el caso de ataque. Podían ser continuos o estar compuestos de tramos independientes, adaptándose a la orografía del terreno.



VÍAS URBANAS

-Itinera, Actus y Viae

En el diseño de la ciudad romana, las calles tuvieron un papel determinante, convirtiéndose en puntos de partida y en ejes fundamentales del desarrollo urbano. 

En función del uso, las calles tenían distintos nombres: los itineras utilizadas para el tránsito de los peatones; los actus, permitían el paso de un carro; y las viae, donde podían cruzarse dos carros.

El trazo peatonal quedaba encauzado y aislado con la construcción de aceras; para atravesar las calzadas se colocaban hileras de bloques de piedra, que tenían la dobla finalidad de facilitar el paso de los peatones y de reducir la velocidad de los vehículos.



CASA DEL PERISTILIO

-S.I d.C a S.III d.C

Edificio más importante y lujosos de la ciudad romana. Constaba de una extensión de 600 m² y destacaba por su amplio patio porticado que presentaba la singularidad de contar con un acceso directo desde la calle, a través de unas escaleras de gruesos sillares. En la arquitectura romana el peristilo era el gran patio interior de una casa o edificio público, rodeado por un pórtico de columnas y adornado por jardines y fuentes. Alrededor de él se encontraban emplazadas las dependencias más importantes de la vivienda.

A diferencia del atrio, se caracteriza por su mayor tamaño y por destinarse a funciones de recepción social y recreo. Esta casa fue levantada sobre una construcción anterior, fechada en el siglo I a.C.

Se localizaron restos de una pavimento con decoración geométrica y hornos de fundición relacionados con una explotación metalúrgica y un aljibe de planta rectangular que pudo proporcionar el agua necesaria para el desarrollo de la actividad artesanal-industrial.



PAVIMENTACIÓN DE UNA CALLE

-Empedradas

La disposición de las calles era un aspecto fundamental en el urbanismo romano. Los agrimensores fueron los técnicos encargados de establecer el trazado de las vías principales de la ciudad.

Las calles romanas estaban dotadas de un firma rígido, conseguido mediante una secesión de capas de grava y arena, y estaban preparadas para resistir una continua repetición de cargas. A diferencia de las calzadas, las calles solían estar empedradas. Contaban con pavimentos de losas o de cantos que facilitaba su limpieza y que garantizaban una mayor resistencia al deterioro causado por la intensa circulación de personas, animales y mercancías.

Las vías urbanas eran incómodas para los vehículos y muy ruidosas, por el rozamiento de los carros contra la piedra. En esta calle emplearon una pavimentación rústica de guijarros trabados con argamasa, denominada opus barbaricum.

La evacuación de las aguas se hacía por el centro de la calle, aprovechando la pendiente del terreno hasta alcanzar el punto más bajo, donde era conducida al exterior del recinto urbano.



CASA DE IMPLUVIUM

-Estanque

El nombre de esta vivienda está relacionado con el elemento constructivo mejor conservado, el impluvium.

En un patio interior, era el espacio abierto donde se recogía el agua de la lluvia procedente de los tejados y donde estaba colocado un pequeño estanque o depósito con una doble finalidad, práctica y estética.

Tenías 6 metros de largo y 2 de ancho, rodeado de un pequeño pasillo porticado. El suelo estaba pavimentado por grandes losas y estuvo decorado con fuentes y estatuas. Los aleros de las cubiertas se orientaron hacia el interior de la vivienda (compluvium) y vertían el agua de la lluvia sobre el enlosado central (implivium), donde se filtraba y se canalizaba hacia el exterior de la casa. El resto de las dependencias se disponían alrededor del atrio y estaban separadas por tabiquerías de adobe revestida con estuco.




TERMAS 

-Vida social 

Las termas desempeñaban un lugar destacado. Las casa no disponían de baños privados, por lo que era indispensable acudir a este tipo de establecimientos que, además de usarse como lugar de aseo, terminaron convirtiéndose en centros de la vida social. Las instalaciones contaban con vestuarios (apodyterium), palestra (lugar donde se realizaban distintos juegos o ejercicios gimnásticos), y saunas calientes (laconicum), tibias (tepidarium) y frías (frigidarium). 

El praefurnium era el horno de leña que tenía la doble función de calentar el agua en calderas de bronce y de proporcionar la circulación de aire caliente por debajo de los pavimentos de las estancias destinadas a los baños calientes y tibios. Estas salas tenían una cámara bajo el suelo, hipocaustum. El pavimento estaba suspendido sobre pequeñas columnas de ladrillo de planta cuadrada. El abastecimiento de agua quedaba cubierto por la existencia de un pozo en un patio continuo.






A 400 metro se encuentra el depósito regulador que ocupa un amplio espacio excavado en el terreno de 85 x 37 metros en sus ejes máximos, con una capacidad de almacenamiento de 7.000 metros cúbicos. En su construcción hay dos fases. En la primera el depósito era de dimensiones más reducidas, y las paredes y suelos estaban impermeabilizadas con un revestimiento de argamasa hidráulica. En una segunda fase se realizó una ampliación que reforzó los muros con 37 contrafuertes interiores con el fin de aguantar el empuje de la tierra a depósito vacío. A esta segunda obra corresponde la arqueta de salida de agua y la escalera de bajada al interior. 

La entrada de agua al depósito (inmisarium) se encuentra en el ángulo sudoeste y la salida (emisarium) en el centro del muro oriental. Esta situación enfrentada permitía que el agua recorriera el mayor trayecto posible para conseguir su decantación y clarificación. 

Es el más grande de los encontrados en la antigua Hispania.





A 3 kilómetros de la ciudad de Andelos, hacia el oeste, se encuentra la presa romana, conocida popularmente como el “Puente del Diablo”. Tiene una capacidad para 20.000 metros cúbicos. Al interior de la pantalla de sillarejo se encuentra la arqueta de toma de agua de 3'5x4x3 metros de profundidad, donde se adapta un sistema que facilita la captación del manantial. El fondo es de argamasa hidráulica y tiene empotrado un sillar que aloja una tubería de plomo (fistula) que atraviesa la pantalla para dar salida al agua. Desde la arqueta se accionaba la válvula de rotación que permitía regular el caudal del agua.

Al exterior de la pantalla de hormigón (opus caementicium) se aprecian las características de la construcción del dique y los contrafuertes por medio de un encofrado. Este método consiste en realizar un molde con paramentos de madera entre los que se vierte, mediante tongadas horizontales, una mezcla de mortero de cal con piedras y cascajos (guijo, fragmentos de piedra y de otras cosas que se quiebran). El encofrado se mantiene mientras se produce el fraguado de la mezcla, tras el cual se retira la estructura de madera.

Los restos hoy conservados corresponden a dos fases de construcción, ya que la primera presa no aguantó la presión del agua y tuvo que ser reforzada con una pantalla de hormigón de 102 metros con contrafuertes, y apoya sus estribos en la roca.



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