martes, 17 de enero de 2017

CASA EN BURDEOS. REM KOOLHAAS

Introducción

En 1998 cuando Rem Koolhaas proyectó su célebre Casa en Burdeos, se convirtió en un icono que había sido construido. La casa en Burdeos, es un ejemplo de adaptación al lugar y de resolución de un programa bastante complejo y claridad de conceptos. Esta obra se convertirá en una obra clave de la “tardo-modernidad” que estará a la altura de obras tales como La Villa Saboya de Le Cobrusier o la Casa de la Cascada de Wright. Aún con el concepto de obra arquitectónica la casa sigue siendo una casa, con una funcionalidad concreta, construida para unas personas concretas para soliviantar sus necesidades y deseos particulares que le ayuden en la vida cotidiana.

La casa se situa a 5 km del pueblo de Burdeos, (Francia) en un valle rodeado por vista 180 º de la colina, del pueblo y el río que la rodean. Además de las vistas de un parque de estilo inglés que lo rodean.


Intención del proyecto

Un matrimonio que vivía en una hermosa casa antigua casa en Burdeos, empezó a plantearse la idea de cambiar de vivienda y para ello empezaron a barajar los nombres de varios arquitectos. Entonces, el marido, sufrió un terrible accidente de coche en el cual casi pierde la vida, “su vida dependía de un hilo”. Desde entonces necesitó una silla de ruedas para poder desplazarse y esto hizo que su vivienda en el pueblo de Burdeos se convirtiese en una cárcel para él, desvirtuando el concepto de vivienda; de hogar.


A raíz de este problema, al poco tiempo, la pareja comenzó a repensar en la casa que querían construir; ahora la nueva vivienda podría liberar al marido de la prisión en la que su vieja casa y la ciudad medieval de Burdeos se habían convertido para él.


La casa de Burdeos gana así el concepto de esperanza para Jean François Lemoine ya que representaba la liberación ante su limitación reciente.



Ambiente del proyecto

El concepto de casa se “redefine” con este proyeto. Rem Koolhaas configura la vivienda mediante un concepto de tres piezas o “tres casas” superpuestas cuyo vínculo central será una plataforma móvil que a su vez funciona como espacio de trabajo. Este ascensor que comunica los tres niveles y con un concepto de eje central de la casa, como eje central de la vida de la familia. Además están unidos por tres escaleras más. Esto hace plantearnos: ¿Por qué equipar una casa relativamente pequeña con tantas escaleras?.

La razón de ello es porque estas escaleras superponen “tres casas” con características muy distintas, donde la escalera proporciona un paseo vertical que las conecta y que nos describe de así, de una manera casi literaria, como la arquitectura cuenta el mundo interior de la casa; de las tres casas y de las distintas vidas que la habitan.




La casa o nivel inferior, está formado por una serie de espacios excavados en la colina convirtiéndose en una casa-cueva, que a su vez está abierta al patio de la entrada y alberga en ella la cocina, la bodega y la habitación de la televisión.
La casa intermedia donde se encuentra el salón y la terraza familiar; se convierte en una casa- mirador, que favorecerá a la relación “Interior – Exterior” al abrir la vista hacia el terreno desde donde podemos ver las vistas del valle, con el río Garona en un plano intermedio y la silueta del pueblo de Burdeos detrás, para no perder la conexión con él. Esto está pensado así para que Jean François no pierda la conexión (aún teniendo en cuenta la distancia que lo separa) con el bonito pueblo medieval que lo limitaba.
La casa superior, alojada en el alma de una viga suspendida y perforada por unos grandes orificios circulares (con función de ventana; de ojo de buey que están pensadas y estudiadas para que estas capten el mejor momento del paisaje que se haya en la colina) será una casa- caja, dividida en un espacio destinado al matrimonio y otro destinado a los hijos.


Respecto a las “cuatro escaleras” (la plataforma y las escaleras) que integran la casa podemos analizarla como el paso por los diferentes mundos y sensaciones que hay en la casa; por ello es un análisis básicamente de sensaciones, un viaje en vertical que nos muestra el mundo de la vivienda de manera gradual. El ascensor (con el tamaño de una habitación de 3x3,5 m) será considerado el corazón de la casa; un paisaje que nos muestra el interior de la casa. Por así decirlo sería una isla privada donde sólo tiene permiso para estar el propietario, que se le permite acceder por su minusvalía. Puede analizarse esta plataforma casi como si fuese una puerta a las tres casas superpuestas, en cuyo recorrido vertical completa y modifica cada planta; como si la casa, la familia, no estuviese completa hasta que no estuviese Jean François. Esto también modifica su función, el por qué está construido así, transformándose cada casa en algo nuevo cada vez que el ascensor flota o reposa encima de ellas.

De esta manera, la plataforma otorga al dueño de un mayor grado de libertad y comodidad al uso de su silla de ruedas en su mundo: Su casa.

Con este análisis se pretende entender el ascensor como conexión de las vidas, y a su vez como una plataforma que nos transporta de viaje hacia ellas de manera dinámica y en las diferentes etapas de las mismas sin realizar nosotros ese movimiento.





La concepción de la casa como producto de un proceso creativo es bastante complejo como pedía Jean François Lemoine sin embargo nos ofrece una imagen sencilla al exterior, al público que la observa. Con una viga de hormigón rosa y perforado, con una parte en voladizo que se apoya sobre un cubo de cristal y un muro perimetral que delimita el terreno nos hace pensar que este tercer nivel se mantiene flotando convirtiendo al segundo en un bloque liviano y transparente a la percepción visual.




Esto supone una comodidad ya que reduce el esfuerzo y facilita la interacción con los espacios y los demás habitantes.


Como conclusión de este análisis podemos decir que se capta la capacidad de hacer que el más simple y directo de espacios se torne a algo dinámico y que está en constante estado de redefinición. Rem Koolhaas y el grupo OMA han redefinido el término de “Una casa es una máquina para vivir.”



Siguiendo con el concepto de casa unifamiliar, hablamos tambien de la casa Fisher de Louis Kahn.

La casa Fisher situada en Hatboro, Pensilvania, y construida entre 1960 y 1967 se compone de tres cubos, dos grandes conectados entre sí y uno pequeño. Se emplaza sobre un terreno inclinado, dotado de una gran proporción de árboles, sobre el cual además atraviesa un rio. La composición de la edificación se fundamenta en la rotación de los dos grandes cubos, q se encuentran empalmados por una de sus aristas aproximadamente. Este ejercicio de composición, de rotación e intersección de volúmenes, es una de las características más importantes y reconocidas en la mayoría de las obras de Louis Kahn. Sus características formales se pueden resumir en: concepto de casa aislada, separación e independencia de espacios privados y espacios sociales, la materialidad y relación interior exterior con el lugar. 

El lugar y las características del emplazamiento de la casa conllevan a Kahn a realizar en su obra una relación directa con el interior de la casa y la vegetación, disponiendo la edificación hacia el entorno, considerando estos determinantes como claves de diseño y direccionando los cubos con estas rotaciones en sus ejes, buscando conservar lo preexistente y aprovechar al máximo las visuales. 

Un basamento en piedra, donde se sitúa el sótano de la vivienda, permite adaptarse a la topografía del lugar y “eleva” de una manera sincera y sencilla lo que serán los espacios que conformarán el resto de la casa. La inclinación de la topografía hace necesario que se genere una manifestación visual de algún sistema portante para la edificación, y en el caso la piedra se hace notar como un basamento macizo, como si la casa se hubiera construido con la piedra del lugar, destacando este gesto como propio de la arquitectura de Kahn, amate de las ruinas de la antigüedad y de la relación de lo preexistente con la Arquitectura construida por el hombre.

Uno de los cubos está destinado para las actividades sociales, tales como la sala de estar, la cocina, el comedor y el hall de acceso, dotado de una doble altura lo que proporciona cierta jerarquía al espacio, y en el otro se disponen los espacios privados de los habitantes: los dormitorios; éste segundo cubo se compone de dos niveles y en las fachadas cuenta con una serie de aberturas – miradores hacia el rio y la naturaleza. Es importante analizar el porqué de estas aberturas, Nina Fisher, hija de Norman Fisher nos cuenta: “Muy pocas ventanas se abren en la fachada de la casa que da a la calle. 




Mientras que en las fachadas de la parte posterior se incorporaron combinaciones de ventanas rectangulares grandes y se insertaron ventanas verticales de uno y dos pisos. Para mí, las ventanas proporcionaban oportunidades únicas para jugar: Enrollaba una cuerda robusta alrededor del escritorio ubicado en mi habitación del segundo piso y salía por el hueco de la ventana, en una salida nada convencional de mi cuarto”.Lo anterior descrito, evidencia la relación que tiene la casa con el entorno y el gesto más que sincero de negarse a la carretera y por el contrario enfatizar la visual hacia el río próximo.





La composición general de la casa es más que evidente y fácilmente es posible reconocer las actividades que se desarrollan en su interior: “En realidad, no son cubos perfectos, y el "cubo" de la sala de estar ni siquiera es cuadrado en planta, pero están lo suficientemente cercanos como para ser percibidos como tales. El hecho de que la sala esté ubicada en un bloque separado, es un ejemplo de otra preferencia muy característica de Kahn.  Idealmente, Kahn quería que cada espacio, o habitación, tuviese su propia forma. En un edificio de gran tamaño, esto rara vez es práctico o económico, pero una casa particular permitía aproximarse más fácilmente al ideal.

Lo moderno esta expresado en la Casa Fisher, de tal manera que no se evidencia y presenta como la regularización y estandarización del vivir a partir de una serie de condicionantes, sino como una articulación entre el lugar y el hombre y su manera de habitar ese sitio, la casa se vuelve parte del lugar. Kahn demuestra mediante su obra la importancia de que la arquitectura se relacione con un sitio determinado y establezca una serie de relaciones con el mismo. 

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